-Me parece increíble que Antheon nunca encontrara este sitio.- Dijo Rheagon mientras observaba maravillado si entorno.
-Fue hace bastante, pero recuerdo que el padre de Yenneffer dijo que «No era capaz de ver ni siquiera lo que estaba debajo de su nariz.» Creo que el ni siquiera intentó buscar más civilizaciones, mientras el mismo pensara que era el rey de todo, le bastaba.- Explicó Lyssa mientras tocaba unas cuentas hojas al caminar.
-Es una manera muy acertada de verlo, el realmente era un ególatra narcisista. Por cierto, veo que te gusta mucho estar aquí.- Dijo mientras esbozaba una sincera sonrisa para su amiga.
-Eso es porque, desde que llegué por primera vez a esta dimensión, realmente me sentí un poco triste de que lo único que hubiera alrededor fuera arena y árboles secos. Siempre me he sentido muy conectada con la naturaleza, y desde pequeña estudie todos los tipos de ecosistemas que se podían encontrar, la vida animal y vegetal que habitaba en cada uno de ellos, y pensé que en esta dimensión podría aprender aún más, nuevas plantas, nuevos animales, todo un mundo de posibilidades.- Decía Lyssa con clara emoción de solo pensarlo.
-Si, si no pensamos en que esos animales tratan de matarnos cada vez que encontramos uno.
-Bueno, en nuestra dimensión los animales también defiendes sus territorios, eso no implica que todos los animales sean así. Además, esta es la oportunidad que estaba buscando, me siento viva alrededor de toda esta flora.- Lyssa se detuvo un momento y abrió ampliamente sus brazos, lo cual logró que todas las plantas que habían a su alrededor, comenzarán a florecer.
-Muy lindo.- Expresó Rheagon sorprendido.
El equipo Alfa seguía caminando por esa enorme jungla en camino hacia una de las ciudades escondidas que podrían estar detrás del gran misterio que ellos estaban investigando. Ya habían recorrido un largo tramo desde que entraron a esa jungla, pero aún estaban muy asombrados por haberla descubierta, no era algo que se viera todos los días. De hecho, estaban tan asombrados, que aún no de habían dado cuenta de las sombras que estaban siguiéndolos y vigilándolos desde que llegaron allí.
-Hasta ahora no he visto que está jungla sea muy distinta a las que se encuentran en nuestra dimensión, claro, sin contar los árboles que sobrepasan las nubes, es todo muy típico.- Dijo Laraine.
-Eso no le quita la emoción en absoluto a estar aquí, yo nunca antes había estado en una jungla, es una experiencia nueva y emocionante.- Respondió Edmund entusiasmado.
-Si, pero yo no creo que…- En eso Laraine se detiene en seco y hace una seña con la mano para que los demás se detengan.
-Laraine ¿Qué suce…- Rheagon estaba por preguntar cuando Laraine puso su dedo índice en sus labios para acallarlo.
-Escuché algo, hagan mucho silencio, y síganme con cautela.- Susurro Laraine mientras caminaba muy lentamente hacia el lugar de donde provenía el ruido.
Todos siguieron a Laraine muy sigilosamente, caminaron entre la maleza y las lianas que caían desde las ramas de los árboles más altos, se aseguraban de hacer el menor ruido posible mientras se acercaban al lugar donde se originó el ruido que alertó a Laraine, todos comenzaban a tomar sus posiciones de batalla, pero de llevaron una sorpresa muy grande cuando llegaron al lugar.
Era un río corriendo a través de la jungla, la luz del sol hacia brillar sus aguas cristalinas, el agua se movía de manera constante y muy lenta, era una imagen que transmitía mucha tranquilidad, pero eso no fue lo que los tomó por sorpresa. Lo que hizo que ellos quedarán boquiabiertos, fue la gran criatura que se encontraba plácidamente bebiendo agua del río, era muy parecida a un antílope, pero su cuello era ligeramente más largo, al igual que sus cuernos, y su pelaje era de color negro con algunas manchas blancas en la cabeza, y por supuesto, al igual que los otros animales con los que habían tenido contacto de esa dimensión, era de un tamaño colosal, de al menos unos 10 metros de alto.
Ellos quedaron maravillados al encontrar una criatura como esa allí, y sin darse cuenta se habían quedado observándola, la criatura al darse cuenta de ello, hizo un gesto para huir rápidamente de allí, a pesar de ser más grande que ellos, parecía estar asustada. Lyssa se movió lentamente hacia adelante e intento detenerla.
-Hola hermosa. Disculpa que te interrumpiéramos, pensamos que quizá podrías ser una amenaza.- Dijo Lyssa mientras se acercaba lentamente, la criatura no parecía estar muy entusiasmada a la idea de que un ser desconocido se acercara tanto a ella, por lo que retrocedió un poco al darse cuenta de las intenciones de Lyssa, quien se detuvo al darse cuenta de ello. -Tranquila chica, no tengo intenciones de hacerte daño. Te aseguro de que ninguno de nosotros quiere lastimarte.
La criatura poco a poco comenzó a perder la desconfianza que tenía, gracias a que Lyssa realmente era capaz de transmitir mucha calma, dejó que se acercara, bajo su cabeza hasta llegar a la misma altura de ella, y dejó que la tocara suavemente.
-Este es precisamente el tipo de cosas que esperaba que sucedieran al venir aquí.- Exclamó Lyssa con alegría mientras agachaba la cabeza para unir sus cabezas.
-Ella siempre ha tenido una gran relación con la naturaleza.- Dijo Rheagon mientras cruzaba los brazos y sonreía ampliamente.
La criatura sin previo aviso comenzó a correr asustada, llenando a todos intrigados, cuando de la nada, todas las sombras que los estaban siguiendo desde que habían llegado, comenzaron a descender de los árboles y rodearon a los cuatro chicos, ellos no sabían cómo reaccionar, habían sido tomados por sorpresa, y no tenían idea de cómo escapar de esa situación, puesto que los habían emboscado y ellos no se habían dado cuenta, eran demasiados como para poder enfrentarlos, y no tenían idea del tipo de habilidades que podían tener, sin mencionar que estaban en su terreno, ellos se encontraban en una clara desventaja.
Rheagon levantó sus manos rápidamente y exclamó. -¡No estamos aquí para pelear! No hay necesidad de comenzar una batalla.
-¿Y que hacen aquí?- Respondió una de las personajes que los estaban rodeando. Era difícil leer las expresiones en su rastro, ya que todos tenían algún tipo de pintura negra en ellos.
-Solo hemos venido a buscar respuestas, han estado pasando cosas raras desde hace poco.- Respondió Laraine tranquilamente mientras se acercaba un poco a ellos.
-¡Atrás! ¡Ni un paso más!- Dijo quien parecía ser el líder mientras apuntaba su lanza hacia ellos, y todos los demás siguieron su ejemplo.
-¡Bien! Bien, me quedo atrás.- Laraine retrocedió al mismo lugar donde se encontraba antes, y ellos bajaron sus armas.
-¿Qué haremos ahora?- Susurró Edmund a su equipo.
-Solo tenemos que hablar con ellos, parecen comprender muy que nos somos una amenaza. Al menos desde mi punto de vista.- Respondió Lyssa también con susurros.
-¿En serio? ¿Cuál parte te hizo darte cuenta de eso? ¿Cuándo nos emboscaron de manera pacífica? ¿O quizá cuando alegremente levantaron sus lanzas hacia nosotros?- Decía Laraine sarcásticamente a su amiga.
-Lyssa tiene razón, si en verdad se les hubiera hecho tan fácil matarnos, ya lo habrían hecho antes. Debemos hablar para salir de esta situación.- Afirmó Rheagon dando un paso hacia adelante, cosa que alarmó nuevamente a los habitantes de la jungla, quienes levantaron otra vez sus armas, pero eso no asusto a Rheagon. -¡Escúchenme por favor! ¡Sé que somos invasores en sus tierras, pero no tenemos intenciones de hacerles daño ni a ustedes, ni a su hogar! ¡Y creo que ustedes ya saben eso! Si quisieran hacernos daño, pudieron haberlo hecho antes. ¿Qué los detuvo?
Quien parecía ser el líder del grupo se acercó un poco más a Rheagon, e hizo una seña con la mano para que todos bajaran sus armas.
-Estábamos tanteando el terreno para saber si eran peligrosos. Una vez que observamos que el Cenola no se sintió en peligro junto a ustedes, confirmamos que no tenían malas intenciones, pero eso no significa que confiemos en ustedes.
-¿Cenola? ¿Se refiere a la criatura que vimos antes?- Preguntó Laraine, a lo que el hombre solo asintió con la cabeza.
-Es completamente normal que no confíe en unos extraños que entraron a su jungla sin permiso, pero realmente solo quisiéramos hablar con ustedes. ¿Puedo saber cuál es su nombre?- Preguntó Lyssa amablemente.
-Yo me llamo Quilowum, y está no es mi jungla, nosotros solo vivimos en ella, nos encargamos de cuidarla, soy el líder de mi aldea. Ahora ¿Quiénes son ustedes? ¿Y que intenciones tienen aquí?- Preguntó un poco amenazante Quilowum.
-Yo me llamo Lyssa, estos son mis amigos Rheagon, Laraine y Edmund. Hemos venido ya que nosotros no somos de esta dimensión, pero sabemos que hay muchos factores de esta dimensión que afectan directamente a la nuestra. Hace poco una gran Luna Rosa comenzó a brillar en lo alto de nuestro cielo, es un fenómeno que no había pasado nunca antes, y no solo eso, sino que una de las personas nativas de esta dimensión, apareció de la nada en la nuestra. Ya investigamos lo más que pudimos en La Ciudadela, y supimos que había otras ciudades, así que decidimos venir a investigar.- Explico la chica de manera calmada.
-¿Vienen de La Ciudadela? Esas son malas noticias. ¡Ataquen!- Dijo Quilowum mientras se alejaba un poco, y todos los demás que estaban rodeándolos con anterioridad, fueron directamente a atacarlos.
Rheagon rápidamente generó un brazo hecho de energía lo suficientemente grande como para protegerlos a todos, pero sin mucha dificultad, los habitantes de la jungla dieron un salto increíblemente alto y traspasaron sus defensas. Laraine invocó su armadura y su espada y se dispuso a pelear, uno de los habitantes sacó su lanza e intento atacarla con ella, a lo que Laraine la detuvo con su espada, para luego intentar lanzar una estocada, la cuál fue esquivada, y luego el habitante uso su lanza para golpear en los pies a Laraine haciendo que cayera al suelo, ella aprovecho su supuesta desventaja para crear cadenas que salieron del suelo y aprisionado al habitante, lo cual fue suficiente para que pudiera levantarse del suelo y darse cuenta de que habían muchos otros habitantes esperándola para atacarla también.
-Oh, m****a.- Expresó Laraine de manera desanimada, para luego comenzar a defenderse con su espada de todos los ataques que le lanzaban los habitantes con sus lanzas.
Mientras Laraine intentaba con todas sus fuerzas no caer en batalla, Rheagon hizo que la gravedad cambiará en todo el lugar, haciendo que todos comenzarán a elevarse en los aires, luego hizo que solo sus amigos quedarán en el suelo, para que los habitantes no pudieran hacerles daños.
-¡Por favor! ¡No es nuestra intención pelear con ustedes! ¡Solo escúchenos!- Exclamó Rheagon, pero sin darse cuenta, todos los habitantes que se encontraban en el aire, apuntaron sus lanzas hacia el, y luego se las lanzaron, Rheagon apenas tuvo tiempo de defenderse cuando todas lanzas chocaron contra la coraza de su Titán, algunas incluso lograron atravesarla. -Si, que son fuertes esas lanzas, será mejor que no me deje golpear por ellas.- Pensó Rheagon para si mismo mientras se disponía a defenderse.
Edmund estaba peleando contra tres habitantes al mismo tiempo, muchas lanzas intentaban golpearlo, pero él ágilmente lograba detenerlas con sus dagas, uno de los habitantes lanzó un golpe a su cabeza, al mismo tiempo que otro lanzaba uno a sus pies, a lo cual él respondió dando un pequeño salto y utilizando un poco del poder de Rheagon, que había tomado antes de iniciar la batalla, hizo que la gravedad alrededor de él repeliera todo, lanzando a los habitantes por los aires y alejándolos de él. Pero luego, llegaron más habitantes que lo tomaron por sorpresa, y lograron tumbarlo al suelo con sus lanzas.
-¡Ya es suficiente!- Exclamó Lyssa mientras hacía que en todo el campo de batalla las plantas comenzaran a crecer, raíces, ramas, lianas y enredaderas comenzaron a cubrir a todos los habitantes, inmovilizándolos, haciéndolos incapaces de pelear. A todos menos al jefe de la tribu, ella se acercó hacia donde se encontraba y lo encaró. -Sé que La Ciudadela fue un lugar horrible en su tiempo, pero nosotros no vinimos a esta dimensión a liberarla solo para que siga teniendo la mala reputación que el antiguo Rey Antheon le dio. Como se lo dijimos antes, no vinimos a pelear, solo buscamos respuestas, así que agradecería un poco más de colaboración de su parte.
-¿El Rey Antheon ha muerto?- Preguntó el sorprendido.
-Si, nosotros acabamos con el, para liberar a La Ciudadela de su tiranía.
-Esas son excelentes noticias. Querida, tienes unas habilidades extraordinarias con la vida vegetal, alguien tan unida a la naturaleza siempre será bienvenida a nuestra tribu.- Cuando Quilowum dijo esas palabras, todos los habitantes se liberaron de sus ataduras.
-¿Cómo hicieron eso?- Preguntó Rheagon perplejo.
-Solo hacíamos una pequeña prueba para poder confiar realmente en ustedes, pelearon para defenderse, no para lastimarnos, y eso es algo honorable. Disculpen, pero esa es la manera en la que mi pueblo hace las cosas.- Explicó el líder.
-Entiendo, no se preocupe, yo también odiaba a la gente que venía de La Ciudadela, y gracias por su cumplido, pero estoy bien con mi grupo.- Respondió Lyssa con sinceridad.
-Muy bien, la oferta sigue en pie si decides tomarla.
-¿Eso significa que si van a ayudarnos?- Preguntó Laraine esperanzada.
-Claro, si son tan amables de acompañarme a la aldea.- Respondió Quilowum, quien comenzó a caminar, y todos, incluyendo al grupo Alfa, comenzaron a seguirlo hacia la aldea.
Luego de haber sido atrapado por la horrible criatura que anteriormente había capturado a sus amigos, Jhona quedó inconsciente, solo podía ver oscuridad a su alrededor, a veces recuperaba un poco la consciencia y abría los ojos, veía luces e imágenes borrosas, no entendía nada a su alrededor, pero eso no duraba mucho, ya que rápidamente volvía a perder la consciencia. Luego de un buen rato donde sucedió lo mismo una y otra vez, Jhona por fin despertó de su sueño, encontrándose en un cuarto muy oscuro, parecía estar completamente hecho de rocas, y se sentía húmedo alrededor, poco tardo en darse cuenta de que no estaba solo sus amigos están ahí con el, y por lo que veía, había sido el último en despertar. -¿Dónde estamos? ¿Cómo fue que llegamos aquí?- Preguntaba Jhona mientras de ponía una mano en su cabeza, ya que tenía un dolor muy fuerte. -Creo que todos tenemos esa misma duda amigo.- Respondió Alteryion mientras señalaba a su izquierda
-Ya les dije, realmente no recuerdo absolutamente nada de lo que pasó antes de despertar aquí. Estaba en casa tranquilamente, pensé en ir a visitar a Caín, de resto solo recuerdo haber despertado aquí.- Explicaba Damian mientras todos escuchaban atentamente. Habían pasado unos minutos desde la última vez que nos encontrábamos con el equipo Delta. Habían intentado sacarla la mayor cantidad de información posible a Damián, pero no habían logrado mucho, el sabía exactamente lo mismo que ellos, es decir, nada. -Es que no tiene ningún sentido. ¿Cómo aparecen personas de distintas dimensiones de la nada y sin previo aviso?- Recalcaba Melantha con intriga. -Bueno, realmente no averiguaremos nada si simplemente nos quedamos aquí parados esperando. Ven Damian, es hora de que vuelvas a casa.- Dijo Vadhir estirando su mano en dirección a Damian para luego abrir un portal de luz al lado de ellos. -¡Esper
El jefe de la tribu Quilowum guío al grupo delta a lo largo de la jungla, caminaron al menos unas dos horas antes de llegar a una zona que estaba completamente rodeada de estacas de gran tamaño que parecían ser un tipo de muro entre el resto de la jungla y la zona en cuestión. Quilowum alzó en alto la lanza que cargaba en su mano, la cual era la más llamativa de todas, y unas grandes puertas se abrieron ante los chicos.-Sean bienvenidos a nuestra aldea.- Dijo Quilowun extendiendo su mano en dirección a la puerta, dando a entender a todos que debían seguir adelante.-Muchas gracias.- Lyssa hizo una pequeña inclinación antes de seguir caminando.-Esto será increíble.- Expresó Rheagon con emoción al observar que estaba a punto de entrar a un lugar completamente desconocido.Tanto Laraine como Edmund entrar
El grupo Beta tuvo que esperar un largo rato atrapados aún en la misma cueva en la que los habían tenido como prisioneros con anterioridad antes de Killian regresara luego de que su hija intentará matarlos, el se veía un poco preocupado, lo cual era normal considerando lo que acababa de suceder. -Ofrezco mis más sinceras disculpas nuevamente por el comportamiento de mi hija.- Dijo Killian mientras hacía una ligera reverencia hacia el grupo. -No hay necesidad de que haga eso, sabemos que no fue su culpa, y nosotros no somos realeza como para que se incline ante nosotros.- Explicó Jhona tranquilamente. -Preferiría que fuese ella quien viniera a disculparse por si misma.- Dijo Alteryion mientras volteaba los ojos y sostenía su pecho con un poco de dolor aún. En respuesta todos le lanzaron una mala mirada. -Ignorelo, solo está resentido de que una chica haya podido golpearlo.- Dijo Edlyn.
Una vez más, el camino para el grupo Delta era silencioso, después de haber visto lo que había hecho Yenneffer todos se sentían un poco tensos, ya no sabían que decir para ayudarla, o al menos sea que se fuera cuenta de que no estaba tomando las cosas de la mejor manera. Vadhir se acercó a Melantha y colocó uno de sus brazos encima de sus hombros para reconfortarla. -Yenneffer está… Cambiando. Este es una faceta que nunca pensé que llegaría a ver en ella.- Dijo Melantha mientras se abrazaba a sí misma. -Lo sé, debe ser realmente difícil para ti ver todo esto. Tu amiga cayendo a un hoyo del cual cada vez parece más difícil que vaya a salir.- Contestó Vadhir, quien también estaba muy preocupado por Yenneffer, a pesar de no tener una relación tan cercana con ella, siempre había pensado que eran buenos amigos. -Sé que a ti también te afecta amor, podrás engañar a todos los demás, pero nunca a mí. No tienes que esconder
El grupo Alfa ya había logrado por fin salir de la jungla en la que se encontraban antes, y para acelerar el paso Rheagon había materializado a su Titán para que todos pudieran volar más rápido hacia su destino. En el camino ya le habían explicado todo a Ragnar sobre cómo esa dimensión los afectaba y la manera en la que otorgaba habilidades espaciales a las personas que vivían en ella. -Hay algo que sigo sin entender. ¿Al final que tienen que ver los Astroceles con el eclipse?- Preguntaba Ragnar. -Según lo que tengo entendido, los seres de esta dimensión son representaciones físicas de los fenómenos naturales que suceden en la nuestra.- Respondió Lyssa. -Si, bueno. Eso no tiene ningún sentido.- Respondió Ragnar. -Oh vamos amigo.- Dijo Laraine acercándose a él y poniendo un brazo sobre sus hombros. -No lo pienses mucho. En la vida hay muy pocas cosas que tienen un verdadero sentido. &n
Una vez que el grupo Beta se adentró nuevamente a la ciudad junto con Caín, un montón de soldados se encontraban agrupados en la entrada, apuntando sus armas hacia todo el grupo, mientras que Killian tenía el brazo derecho en alto, dando a entender que no atacarán aún. -Queridos invitados. ¿Serían tan amables de explicarme por qué dejaron entrar al intruso?- Preguntó Killian tratando de entender lo que estaba pasando. -¡Killian! Disculpa mucho nuestro compartimiento tan imprudente, no se qué estábamos pensando. No tienes de que preocuparte, el es Caín, es un amigo nuestro, viene de nuestra dimensión de origen, el no representa ninguna amenaza.- Explicó Kalena levantando ambas manos y riendo apenada por la confusión. -Oh… Que alivio saber eso.- Dijo Killian mientras bajaba la mano, indicando a sus soldados que podían descansar. -Cuando los vi ayudarlo pensé lo peor. -Permítame disculparme pers
-¿Qué?- Preguntó Yenneffer mientras de sus manos comenzaba a desvanecerse la energía que estaba cargando. -¿Qué quieres decir con que la última con vida?- Preguntó Melantha quién luego de haber visto que Damian podía cuidarse solo, fue junto a Noyerah para curar sus heridas. -Como escucharon, todo mi pueblo ha muerto, soy la única persona viviendo en esta tundra desértica. ¿Eso que les importa?- Preguntó Aspen de manera arrogante. -Nosotros… Estábamos buscando la ciudad del Norte.- Dijo Yenneffer mientras bajaba a tierra. -¿Para qué? ¿Para destruirla? Debo decirles que llegaron un poco tarde para eso.- Aspen también comenzó a descender. -Pueden irse por donde llegaron, no hay nada que hacer aquí. -¿Sabes quién es Mathew?- Al decir esas palabras, Aspen se detuvo en seco. -¿Qué sabes tú de él?- La mención del nombre de Mathew parecía haberla alarmad