“El destino está dentro de nosotros… tenemos que ser valientes para verlo”.
“Mérida. Valiente.”
primera parte.
Liz
Cuando las cosas se complican, siempre vienen en combo, jamás un problema será solo un problema, nunca una desgracia será solo una desgracia, siempre una metedura de pata serán muchas más que una sola. Después de hablar con el ogro, quien mágicamente se ha convertido en príncipe, pero no azul. No, no, no, ese tono se lo daré yo cuando lo estrangule por meterme en todo esto, llame a la única persona capaz de ponerme los pies en la tierra y decirme si he perdido la cabeza, o seré capaz de poder con esto. Miro mi reloj, son l
“El destino está dentro de nosotros… tenemos que ser valientes para verlo”. “Mérida. Valiente.” primera parte. Liz Un pequeño grito de sorpresa sale de mis labios y al ver que el Sean en luigar de enojarse y seguir con la pelea, se parte de la risa mientras se soba el lado izquierdo de su cara, razon por la cual me tranquilizo. —Te lo buscaste Sean, te lo advertí, ella es mía. —ruge en su cara el ogro. Esto debería parecerme barbárico, su actitud posesiva y territorial, pero nada más alejado de lo que siento, es sexi y primitivo. —Habérmelo dicho antes, sabes que no me meto con las mujeres de mis amigos y menos si este amigo es mi compadre. —replica Sean, sentándose en la mesa. Un Patrick mucho más calmado ante la afi
“El cambio es bueno… Sí, pero no es fácil”.“Rafiky. El Rey León.”PatrickTengo la vista cansada, los números y las letras de las facturas y pedidos se entre mezclan, obligándome a ponerme los lentes de pasta gruesa, no me gusta parecer un cuatro ojos, pero en días como hoy, no me queda de otra. Las noches en el sofá me están pasando factura, debo ir a la ciudad a conseguirme un nuevo sofá cómodo por lo menos hasta que pueda volver a mi propia cama. Por lo visto tardaré un tiempo, el que Elizabeth, se comprometiera a ayudarme no significa que acepta compartir la cama también y no soy tan hijo de puta como para obligarla, aunque sé que no le soy
“La flor que crece en la adversidad, es la más hermosa de todas”“El Emperador. Mulán.”LizDespués del almuerzo Sean, se queda con nosotras, mientras Patrick, se va a trabajar. Me quedo lavando los trastes sucios, que no son muchos, al tiempo que les sugiero a ese par de locos que vayan a dar una vuelta. Más animados que niño comiendo moco, Sean se acelera ante la posibilidad de pasar un tiempo extra con mi hermana, y ella no se queda atrás.Antes de irse al paseo bajan mis cosas del auto de Leny, y salen riendo a carcajadas como dos amigos que se reencuentran. Termino son los platos y me llevo la maleta hasta la habitación que hasta ahora he usurpado. Me siento en la cama, deshago la maleta y lo coloco todo encima. Leny, meti&oac
“Como dicen en mi colmena, la mentira no es buena”. “Genio. Aladdin”. primera parte Patrick Con Abba, durmiendo y todos fuera de la casa, llegó el momento de la verdad, o de comenzar las mentiras. —según como se vea—. Sentados los tres en la mesa del comedor con unas tazas de café cada uno, puedo decir que es el momento más estresante que he vivido en toda la vida. Y por mi hija sería capaz de vivirlo por toda la eternidad, si con eso puedo quedarme con ella. —Muy bien comiencen por contarme, ¿cómo es posible que tú llegaras a mi casa vestida de novia y casi inconsciente y en menos de una semana, tú, quien después de seis años de no querer tener ninguna relación seria con nadie, ahora vengas a decirme que están juntos? Y quiero la verdad. —interroga de manera alternativa a ambos. Elizabeth me mira dispuesta a
“Como dicen en mi colmena, la mentira no es buena”. “Genio. Aladdin”. segunda parte. Patrick. Sube a la camioneta y mis ojos no pueden despegarse de ella. No es hasta que se aclara la garganta y con sus mejillas sonrojadas. —¿Nos vamos? —me dice tímida y mi corazón martilla fuerte—. Me gustaría poder pasas por la editorial y hablar con Lia, antes de ir a hablar con mi madre. —Eh… sí, por mi está bien —contesto titubeando igual a un adolescente hormonado y descontrolado. Pasamos el trayecto conversando le conté de mis planes para buscar el sofá y sobre los posibles escenarios a los que nos enfrentaríamos con su familia. Me explica que su madre es todo un personaje, estricta a niveles insospechados, la etiqueta y el protocolo son su vida y que digas lo que digas, siempre te verás con la que ella y Leny
“Hay muchos hombres que son peores monstruos que tú, y yo te prefiero a pesar de tu aspecto”.“Bella. La Bella y la Bestia.”primera parteLizSalimos temprano del rancho eludiendo a Abba, durante el camino la charla fue distendida, pero con el poco tiempo que tenemos es imperativo que le aclare algunas cosas con respecto a mamá. Si alguien tiene que soportar la situación es él, yo ya sé cómo es ella y creo estar inmune a sus comentarios. Al final del recorrido, Patrick me deja en la entrada de la editorial Sol y Luna, Amelia esta advertida espera por mi llegada.—¡Jefa! pero que linda te veo, ni siquiera se nota lo difícil que está siendo no ver tus sueños de boda cumplirse
“Hay muchos hombres que son peores monstruos que tú, y yo te prefiero a pesar de tu aspecto”.“Bella. La Bella y la Bestia.”segunda parteLizPapá, nos lleva hasta su oficina, sentándonos cada uno en una de las sillas, papá se dispone a hablar.—De acuerdo, Ahora necesito esa explicación.—Sabes que no soy una mujer de cascos ligeros papá, y que no tomo una decisión tan trascendental como si fuese un sabor de helado que pedir, todo lo que hago, lo hago basada en fundamentos y hechos tangibles. El asunto es que Terry, me ha estado siendo infiel quizás desde el principio, sin embargo, eso no es por lo que estoy aquí presentándoles a Patrick, yo…
“Mira bien eso Abbu, no todos los días se ve un animal, encima de otro animal.”“Aladdin. Aladdin.”Patrick.No creí que después de pasar semejante cumulo de rabia con lo que pasó en casa de los padres de Liz podría llegar a un nivel más alto. Error, el ver como ese maldito, se tira a esa mujer en la cama de Elizabeth, y sentir la vulnerabilidad de ella, mientras la estrecho ente mis brazos, lo llevó todo a un nuevo nivel. El tipo por lo menos tiene la decencia de ponerse los pantalones.—¡Lizzy, déjame explicarte! —intenta acercarse a ella y está loco si cree que dejaré que la toque con sus asquerosas manos.—Quieto ahí niño bonito, ni se te ocurra tocarla. —levanto mi mano blo