◍✧◍✧ 4 Meses más tarde. ◍✧◍✧ El otoño había llegado a Maita con gran furia, como si la misma naturaleza llorara por el destino de un Reino en ruinas. La lluvia caía en gran manera, cada gota un lamento que se unía al clamor de los hombres y mujeres que luchaban entre el viento, la lluvia y el lodo. Las hojas coloridas en tonos rojos y dorados, se deslizaban por el suelo, mezclándose con la sangre que brotaba de las heridas abiertas de esos soldados en batalla. Un espectáculo atroz y desgarrador; la belleza de la estación se desvanecía en el dolor y la desesperación. En el campo de batalla, las tropas Maitanas se reducían como sombras ante la creciente marea del ejército Gorianito. Los estandartes de la familia Lamparth, que solían ondear orgullosos, ahora se hundían en la tierra lodosa, símbolo de un Reino que se desmoronaba poco a poco. Los gritos de los soldados resonaban en el aire, un eco de valentía y a la vez de desesperación. —¡Por Maita! ¡Por el Rey! ¡Por nuest
Lady Caroline, posó su mano sobre su vientre. Su vientre crecido por su embarazo de ya 5 meses, cada lágrima que se deslizaba por sus pálidas mejillas eran el lamento que vivía día a día. ¡¡Cuatro meses habían pasado desde que su primo, el Rey de Maita, la había obligado a abortar!! Aquella decisión, cruel y despiadada, había justificado su huida, y gracias a la Reina Yurina, había encontrado un refugio. Sin embargo, la paz que le ofrecía este pueblo era solo un espejismo, ya que los ecos de la guerra resonaban en cada rincón de su mente. Gorian no solo había tomado el marquesado Forsten. Al Rey Landel Lamparth, su propia gente le estaba dando la espalda. Mas tarde ese día, mientras disfrutaba del silencio en el corredor, la melancolía se apoderaba de Lady Caroline. Las hojas caídas, doradas y marchitas, se arremolinaban en el viento que se colaba por la ventana, el cielo gris parecía llorar junto a ella, que nuevamente sentía sus lágrimas caer y su corazón romperse un poc
La mañana gris y ventosa se había convertido en un escenario impactante. Las hojas coloridas de otoño caían entre las ráfagas del viento helado. Los truenos resonaban en el cielo, presagiando la tormenta que se avecinaba, mientras las tropas Maitanas se alineaban con determinación. En el bando del Rey Landel Lamparth, su esposa Yurina estaba a su lado, vestida con armadura reluciente, lista para enfrentar cualquier adversidad. "Viviremos juntos o moriremos juntos" Le susurró Landel, y ella asintió, con el fuego de la guerra ardiendo en sus ojos verdes esmeraldas. Al otro lado del campo, el Rey Gorianito Jhonn Cuarto Wiztan se preparaba para la batalla en su armadura completa, rodeado de sus fieles tropas y su mano derecha, el Lord guerrero, Francis Garlem. ¡BOOOM! El silencio se rompió cuando los cañones estallaron. El caos comenzó a desbordarse en las ruinas de la ciudad cercana a la capital Maitana. Misma que ardía entre el fuego que era avivado por el fuerte viento.
Dentro del carruaje, Lady Caroline, atada y con los ojos vendados, lloraba sin saber lo que sucedía. El viento azotaba el exterior, de repente un ataque de flechas llovió sobre ellos desde las colinas boscosas. ¡SLANK! ¡SLANK! El carruaje se detuvo abruptamente. ¡PUUUM! Las puertas se abrieron, revelando sombras amenazadoras de hombres en armaduras oscuras. Ellos levantaron con cuidado a Caroline, y mientras la sacaban, ella temía por su bebé, aferrando sus manos a su vientre crecido y suplicando en silencio que no le hicieran daño. •••••••••• La noche en que el Rey Jhonn Cuarto Wiztan, llegó a la capital Maitana fue una de traición y ambición. Usando los mapas secretos que había obtenido de la base del Rey Maitano, se infiltró desde el Sur de ese Reino, cruzando la vía marítima y tomando el camino por el Reino de Luxar. Logró llegar con éxito junto a sus tropas. ¡MAITA HABÍA CAÍDO! El linaje Real Lamparth, que había gobernado con orgullo y mano firme por generacion
El aire en la capital Maitana era denso y frío, un otoño gris, árboles desnudos dando un ambiente melancólico en los alrededores de las calles empedradas y los edificios de tonos opacos. La lluvia caía a cántaros, transformando el campo de batalla en una escena atroz entre barro, agua y sangre. El viento helado resonaba en los oídos como un lamento, llevando consigo ecos de espadas chocando y gritos por doquier. En cada rincón, la sangre de los caballeros caídos se mezclaba con los charcos, testigos mudos de una guerra que había destruido un sector de la ciudad. Durante una semana, la lucha había sido constante, un caos que había desgastado tanto a los hombres Maitanos como Gorianitos. Ciudadanos aterrados habían evacuado, algunos escondiéndose en las sombras de las montañas, otros huyendo del Reino, dejando atrás todo lo que conocían, para salvar sus vidas. Los rastros de edificios colapsados y quemados por las llamas. La lucha entre el Rey Jhonn Cuarto Wiztan de Gorian y
…….. El Rey, Jhonn Cuarto, se erguía en la plaza central de Maita, el eco de su voz resonando entre las ruinas, cicatrices de la guerra. La lluvia había cesado, dejando un aire fresco, casi purificador. —Hoy, Maita no es más que un recuerdo de divisiones —proclamó Jhonn, sus ojos azules zafiros brillando con determinación—. A partir de este momento, Maita será parte de Gorian. Juntos, forjaremos un nuevo futuro. Sus palabras fueron recibidas con murmullos entre los soldados que aunque exhaustos, sentían la esperanza de que la paz regrese. Landel, su medio hermano y enemigo, sería encarcelado. Su mirada se detuvo en la figura caída del Rey Maitano, quien fue conducido a los calabozos, por soldados Gorianitos. ✧✧✧ 3 días más tarde. ✧✧✧ Tres días de caos y reestructuración, donde las tropas gorianitas se desplegaban lentamente, restableciendo el orden en la capital Maitana devastada. La ciudad, aún empapada de sangre y destrucción, comenzaba a encontrar su camino
Al acercarse, el ex Rey Lance, notó que Jhonn sacaba algo de su abrigo y se lo entregaba fríamente. Al sostenerlo, vio que era una invitación a la ceremonia del nuevo imperio Gorianito. Una sonrisa curvó los labios de Lance. —¿No me vas a matar? —le preguntó con sorpresa. Jhonn lo miró con frialdad. —No tiene sentido matar a alguien que simplemente se rinde con una enorme sonrisa de satisfacción —dijo Jhonn con aburrimiento—. Sabes todos tus pecados y prefiero que vivas con la tortura de ver a tu querida Maita caer ante Gorian. "Eres idéntico a tu padre…" Pensó Virginia, viendo en silencio a su marido y su hijo primogénito. —¿Caer?, te equivocas, Jhonn —dijo Lance altivo—. No caímos, ni Gorian ganó… Solo mejoró y evolucionó. Mi sangre Lamparth y la Wiztan de tu madre aquí presente. Están en el nuevo Emperador~ en el primero de la historia. Ganamos~ Jhonn le dio la espalda a su padre. Sin decirle palabra alguna al respecto… Una extraña emoción en su pecho que no
◍◍◍ 3 meses más tarde. ◍◍◍ La primavera de ese año estaba en su apogeo. El vasto imperio de Gorian había tomado todo el control del noroeste del continente. El territorio que era el Real de la casa Lamparth, continuó perteneciendo en su totalidad a dicho Linaje, que se mantuvo ahora, como el segundo Gran Ducado del imperio. Pasando a ser la tercera rama de la familia imperial. Con el total apoyo del segundo Gran Duque, Landel Lamparth. El nuevo emperador logró expandir sus reglas a todo el territorio, logrando una sana estabilidad de la nación. Algunos murmuraban, diciendo: —Fue la mejor decisión que se pudo haber tomado. No existe nadie en el contiene ahora capaz de hacernos daño. La paz reinará por mucho tiempo. Otros, en su mayoría, ex Maitanos que ahora eran Gorianitos en todo derecho completo, pensaban algo más diferente: —No nos gusta el sistema del emperador. Es demasiado meticuloso, estar en ese registro y portar un medallón de identidad. Sin embargo, al