Ya tenemos dos meses viviendo en Italia y creo que es el momento de formalizar las cosas con mi esposa porque no dejaré que el recuerdo de nuestra boda sea una noche loca de mi esposa con un socio. Porque, aunque trate de disfrazar la realidad, eso fue lo que sucedió. Está en una nueva historia, la nuestra… y debo hacer las cosas bien, así que he estado planeando una noche perfecta para pedirle matrimonio.

—Federico, ¿estás seguro de esto? Recuerda que ahora sí será para siempre, porque hasta ahora podrías usar la excusa de que no elegiste ese matrimonio para divorciarte.

—ja, ja, ja, Luigi nunca había estado tan seguro en la vida, Emily es mi mujer y lo que más deseo es convertirla en mi esposa, es la mujer que amo, mi confidente y la que deseo que tenga a mis hijos. Sé que estás un poco asustado, porque cuando haga esto realidad nuestros padres sabrán que definitivamente no habrá divorcio entre ella y yo y eso te deja en el ojo del huracán porque serás el único hijo soltero.

—Joder