Desayunamos entre pláticas y chistes —señor, llego el terapeuta, dile que pase a desayunar con nosotros.

—buenas noches, señor… Un gusto conocerla señorita, ¡es usted más hermosa de lo que me dijeron!

—mucho gusto soy Emily y gracias por el cumplido, aunque en estos momentos no me siento tan hermosa, ya que casi no me puedo mover.

—Tranquila, eso lo solucionaremos, yo soy muy bueno en mi trabajo y es un plus que hago unos buenos masajes.

—es bueno escuchar eso porque quiero recuperarme lo más pronto posible.

—me aclaro la garganta porque al parecer ambos olvidaron que yo estaba presente, ¡espero que sea tan bueno como dice por qué me gustaría ver los resultados tan pronto como sea posible!

—le aseguro que trabajaremos duro para lograrlo.

—¿has trabajado con muchas personas en mi estado?

—sí, Emily, es más, no deberías afligirte, porque he tratado personas en estado casi vegetal y ahora hacen una vida normal, como si eso nunca les hubiese ocurrido. Aunque no mentiré, algunas personas q