Vanessa le preguntaba las razones a su hijo que lo habían llevado a ponerse tan mal, por qué se desentendió a ese nivel de él mismo

Nathanael también quería saber las razones por las cuales un hombre como Nathaniel, quiso anestesiar su dolor con la bebida de esa manera tan excesiva, necesitaba explicaciones

— Ya dinos, ¿por qué te estabas dejando morir? ?que pudo ser tan doloroso para ti como para no querer saber ya nada de la vida? — Nathan era el que menos tacto tenía, pero hoy si quería saber que le había sucedido a su gemelo

— No quisiera hablar de eso, pero como sé que no me van a dejar en paz, se los voy a decir, primero que nada yo no me estaba suicidando, un Castrioli jamás haría algo como eso...

— ¡Lo sabia, nunca te creí capaz de hacer algo así! — a Nathanael le descansó el alma, su gemelo no podía ser un suicida, su hijo era fuerte, era astuto, inteligente, su orgullo

— Déjalo continuar, Nathanael — pidió Vanessa

— Me encerré en mi despacho por qué no quería ver a nadie, to