El Rey Blithe sonrió antes de decir: “¿Por qué me dices esto? Ni siquiera puedes decidir por ti mismo, así que, ¿cómo puedo saberlo? Me estás sobreestimando”.

“Entonces dime, ¿debería estar del lado del país, el Rey o los Caden?”, preguntó James.

El Rey Blithe volvió a sacudir la cabeza. Eran preguntas que él no podía responder.

“¿Por qué estás pensando tanto en eso? Solo tendrás que dar un paso a la vez. ¡Tomemos un par de tragos! Le pediré a Daniel que se una a nosotros”.

El Rey Blithe sabía que James se encontraba en un dilema.

Aunque no estaba al tanto de las quejas y el conflicto entre los Cuatro Antiguos en la Capital, él había oído hablar de las Cuatro Pinturas Antiguas antes.

Hace treinta años, hubo un conflicto interno entre los Caden. Además, la villa de los Caden fue incendiada hace diez años. Estas eran cosas de las que se había enterado recientemente sobre James.

Sin embargo, no pudo darle ningún consejo a James como alguien ajeno a la situación.

Él se puso de pie,