Thea había estado pensando en el divorcio desde que arrestaron a James.

Pensaba divorciarse de él cuando lo declararan culpable.

No tenía ni veintiocho años y estaba en la flor de la vida. No quería esperar a James el resto de su vida.

Sería vieja cuando James saliera de la cárcel. No quería vivir con remordimientos.

Sabía que había defraudado a James.

Por su culpa, James no había conseguido contener su deseo y se había equivocado de camino.

Sin embargo, como ya había sucedido, era inútil culparse a sí misma.

Mientras tanto, James había cambiado de lugar con un sustituto. Salió de la celda de detención y se dirigió a la Corporación Majestuosa.

En la oficina del presidente de la Corporación Majestuosa...

James tenía puesta la máscara humana. En ese momento, su apariencia había sufrido cambios drásticos.

Llevaba un traje blanco, se veía guapo y carismático.

“James, las operaciones comerciales de la corporación han sufrido el asalto del Comercio Oceánico. Las ventas