James gritó sus órdenes en cuanto estuvo listo.

El Demonio de la Muerte había estado esperando ansiosamente la señal.

Al oír la orden de James, el Demonio de la Muerte apretó con fuerza el mango de la espada. Entonces, dirigió a los once espíritus de la muerte y cargó hacia el ejército de la Destrucción a toda velocidad.

Su ataque sorpresa había resultado un éxito, ya que habían conseguido eliminar a varios guerreros.

"¡Maten a ese b*stardo!".

Qimat gritó furioso a sus hombres en cuanto vio al demonio de la muerte. Sus ojos ardían de rabia. En un instante, Qimat se teletransportó y apareció justo delante del Demonio de la Muerte. El hombre levantó la mano y dirigió un ataque a su objetivo.

El Demonio de la Muerte sabía que Qimat podía asestarle un golpe letal con un leve movimiento de la mano. Rápidamente esquivó hacia un lado.

¡Bum!

El lugar donde se encontraba el Demonio de la Muerte hace un momento quedó completamente destruido.

Al mismo tiempo, James captó los soni