James no pidió a los demás que evacuaran simplemente para alardear de su fuerza. Más bien, quería obtener su aprobación y allanar el camino para que él tomara el control de la Raza de la Destrucción. Una vez que asumiera el control, la Raza Humana tendría la oportunidad de restablecerse en los Reinos Mayores.

Sin embargo, las criaturas que escaparon no apreciaron el sacrificio de James. Dieron prioridad a sí mismas y a su propia supervivencia.

Mientras James se enfrentaba solo a los enemigos, las criaturas se unieron para atacar la formación. Su poderosa fuerza golpeó la formación y aparecieron grietas que se extendieron por ella. Sin embargo, la formación tenía varias capas, y su fuerza solo era suficiente para destruir la capa más interna de la formación. Era imposible destruirla por completo.

Además, la formación repararía instantáneamente cualquier daño que le infligieran.

Justo después, una fuerza devastadora salió de la formación. Muchas de las criaturas resultaron heridas po