Había establecido una Formación formada por las Inscripciones de Formación en el Planeta Desolación. Esta Formación podía impedir que la mirada de cualquier ser vivo la atravesara. Sin embargo, no sabía si funcionaría con el Gran Patriarca.

Sentado dentro de la Formación, su mente se agitó, y dos textos antiguos aparecieron ante él. Uno era el Mantra Primordial que obtuvo en el Planeta Desolación, y el otro era el Arte Sagrado del Caos que le había dado el Gran Patriarca. Miró los dos textos más misteriosos de los Reinos Mayores y guardó el Mantra Primordial. Esto se debía a que el Mantra Primordial debía ser un secreto. No podía permitir que nadie lo supiera. De lo contrario, las Destrucciones le presionarían para que lo entregara.

Miró el Arte Sagrado del Caos. La cubierta del antiguo texto era dorada, y en ella estaban grabados unos cuantos caracteres antiguos dorados.

"El Arte Sagrado del Caos...".

James murmuró: "El Gran Patriarca me lo dio incluso cuando los Ancianos de la Se