James había regresado de las Llanuras del Sur. Tras confirmar el estado de Henry en la región militar y averiguar la verdad sobre el compromiso de Thea y Zavier, se dirigió apresuradamente a la residencia Watson. Como solo eran las once de la mañana, aún tenía tiempo. Había un ambiente festivo en el jardín de la residencia Watson. Mucha gente se había reunido. La aparición de James atrajo la atención de la multitud. “¿No es ese el esposo de Thea, James?”. “¿Qué está haciendo aquí?”. “¿Acaso no se divorció de Thea?”. “Probablemente está aquí para sacarle dinero a Zavier”. Discutieron disimuladamente. Con una expresión malhumorada, James se dirigió hacia la puerta principal. Unos cuantos guardias de seguridad le cerraron el paso de inmediato. Uno de ellos sacó un bastón eléctrico y le apuntó a James. Le ladró: “Oye, ¿sabes dónde estás? ¿Qué te hace creer que puedes venir como te dé la gana? ¡Piérdete!”. James miró al guardia de seguridad. Su mirada era feroz.
Thea abrió y cerró la boca. No esperaba que James volviera tan pronto. No había previsto este escenario. Sus mejillas estaban sonrojadas. Se sentía avergonzada. Aunque no se había divorciado de James, ahora estaba comprometida con otro hombre. Le dirigió a Zavier una mirada suplicante. “S-Señor Watson, ¿podríamos posponer el compromiso? Me gustaría divorciarme adecuadamente de James antes de casarme contigo”. El rostro de Zavier se tornó sombrío. Dijo con frialdad: “¿Qué quieres decir con esto, Thea Callahan?”. “Yo…”. Thea se quedó sin palabras. James estaba debajo del escenario, con la mirada fija en Thea, quien llevaba un vestido de novia blanco. Pronunció palabra por palabra: “Thea, no te obligaré a nada. Sin embargo, tú y yo seguimos siendo marido y mujer. Ni siquiera estamos divorciados, y ya te estás comprometiendo con otro hombre. ¿Por quién me tomas?”. Aunque James sabía que Thea se había visto obligada a hacer esto, no dejaba de sentirse ofendido. Todo es
Zavier se desmayó. ¡Pum! Un fuerte sonido llegó desde el escenario. Todo el mundo se quedó boquiabierto. “James…”. Se escuchó una voz fría. Gavin, quien iba de traje, se dirigió hacia James. Con furia, miró fijamente a James. James le devolvió la mirada. “Pff”. Entonces, se dio la vuelta para marcharse. “¡Deténganlo!”, rugió Gavin. En un instante, una docena de guardias de seguridad rodearon a James. Incluso había miembros de la policía entre ellos. Bloquearon el camino de James. “¿Se interponen en mi camino?”. El rostro de James se tornó sombrío. “¡Suelta a Thea, basura!”, exclamó Gladys “¿No crees que nos has avergonzado ya lo suficiente? ¡Apártate de mi vista en este instante!”. James no le prestó atención. Al ver el número de guardias de seguridad y policías, Thea se preocupó. Agarró la mano de James y le susurró: “Deberías irte primero, James. Son ricos y poderosos. Es imposible que puedas vencerlos”. “¿Irme?”. James la miró y dijo: “¿Dejar
La policía quedó estupefacta ante la escena. “¡Qué fuerza!”. “¿El escenario se derrumbó con un solo pisotón?”. Mientras la policía estaba clavada en su sitio, James bajó del escenario y se acercó a Gavin. Lo agarró por el cuello y le insertó unas cuantas agujas de plata en el cuerpo. Gavin se desplomó inmediatamente en el suelo. Su cuerpo cayó sin fuerzas. No podía pronunciar ni una sola palabra. “Gavin, si quieres vivir, suplica que te perdone en la residencia Callahan. De lo contrario, estarás muerto en tres días”. Diciendo eso, James agarró a Thea y se dio la vuelta para marcharse. Nadie se lo impidió. Después de todo, Zavier yacía junto al escenario derrumbado como un perro muerto. Mientras tanto, Gavin también estaba en el suelo. Se le veían las venas y tenía una expresión de dolor. Su cara estaba contorsionada por la rabia. Quería hablar, pero no podía pronunciar ni una sola palabra. La gran ceremonia de compromiso se había convertido en un fiasco debido a l
James estaba pensando en lo que debía hacer. Tenía pensado dar una lección a los Watson y ponerlos de ejemplo. De ese modo, todo el mundo sabría lo fácil que era para el Dragón Negro llevar la ruina a una familia a pesar de haber dimitido. La amenaza de Zavier provocó escalofríos en la espalda de Thea. Suplicó entre lágrimas: “Me equivoqué, Señor Watson. Por favor, deme otra oportunidad”. Zavier quería hablar. Sin embargo, el insoportable dolor se lo impidió. Gavin estaba igual. Después de que James le insertara las agujas de plata en el cuerpo, sentía como si hubiera incontables bichos arrastrándose dentro de él y devorando su carne. En ese momento, recordó la otra identidad de James. Era un doctor genial. La leyenda decía que las habilidades médicas del Dragón Negro no tenían rival. Como tal, sus habilidades médicas también podían ser utilizadas para matar a una persona. Las palabras de James le asustaron. Había miedo en su corazón. Quería pedir perdón. Si
En la residencia Callahan... Todos estaban reunidos. Todos llevaban expresiones hoscas. Thea aún llevaba puesto el vestido de novia que valía treinta y ocho millones de dólares. Estaba sentada en el sofá. Mirando a los Callahan que llevaban expresiones sombrías, les dijo: “Papá, mamá, dejen de culpar a James. Lo hizo por mi bien. Además, somos marido y mujer. Todo esto es culpa mía”. Gladys se puso de pie y le dio una bofetada en la cara. “¿Eres tan tonta como James?”. “¿Acaso no sabes quién es Zavier? ¿Aún no sabes qué clase de hombre es James? Es incomparable a Zavier. Una sola palabra tuya podría haber ahuyentado a James. P-Pero, ¡¿qué has hecho?!”. Gladys estaba frustrada con Thea. Eso había sido lo más cerca que había estado de tener un yerno impresionante. Sus planes se habían arruinado por culpa de James. Las mejillas de Thea estaban enrojecidas por la bofetada. Se cubrió la cara y sollozó: “¿Qué tiene que ver esto conmigo? Todo esto fue culpa de David. S
James no sabía que Thea y David habían sido secuestrados por Maximus y sus hombres. Fue a la residencia Watson. Sin embargo, no había nadie. Después de preguntar, descubrió que Zavier había sido enviado al hospital. Gavin, en cambio, estaba allí acompañando a su hijo. James se dirigió entonces al hospital. En el hospital de la ciudad de Cansington... En la sala de operaciones... Gavin se paseaba de un lado a otro en el exterior. En el pasillo, a lo lejos, había unos cuantos guardaespaldas con traje negro y gafas de sol. Como Gavin sabía que James era fuerte, los había traído específicamente. Después de todo, había comenzado su represalia contra los Callahan. Le preocupaba que James fuera tras él. Por eso trajo a los guardaespaldas con él. Eran personas despiadadas. No solo eso, eran buenos luchadores capaces de derribar a varios hombres en cuestión de segundos. La puerta del quirófano se abrió. Salió un doctor de mediana edad con mascarilla. Gavin se dirigió i
Nuevamente, James no encontró a nadie. Llamó a Jake de inmediato. La llamada no tardó en conectarse. “Hola, ¿No es este el Dragón Negro? ¿Cómo te va?”. James pudo escuchar su tono sarcástico. James ordenó: “Necesito saber el paradero de los Watson. Encárgate ahora mismo”. “James, ya no eres el Dragón Negro. No tienes derecho a darme órdenes. Por favor, deja de contactarme a partir de hoy”. Jake no le dio a James ninguna importancia. Él estaba involucrado en la compra y venta de inteligencia. Mientras James seguía siendo el Dragón Negro, Jake le temía. Después de todo, la gente involucrada en negocios turbios temía a los funcionarios del gobierno. Sin embargo, ahora que James había dimitido, Jake ya no le temía. Además, debido a su naturaleza laboral, tenía mucha información privilegiada. Sabía que muchos querían a James muerto. James estaba actualmente en una posición precaria. “Muy bien, Jake Graham”. James colgó el teléfono. Incluso Jake había empezado a d