La Vaca Divina estaba exhausta.

En el pasado, era el guardián de la montaña de la Zona Restringida Eclesiástica, que había alcanzado un nivel de cultivación muy alto y estaba a punto de alcanzar el grado Acme. Tuvo la suerte de sobrevivir a la batalla durante la Era del Reino Primordial.

Sin embargo, un extraño poder se apoderó de él y corrompió su mente. Ahora que el poder había sido eliminado de su cuerpo, había recuperado sus sentidos. Estaba física y mentalmente exhausto. En cuanto se disipó el polvo, cayó al suelo para descansar, sin querer mover ni un músculo.

James dispersó la Formación de Sello y se dirigió hacia la vaca. Su oponente había mostrado una gran fuerza al principio del combate, pero ahora su aura y su vitalidad eran débiles. James se acercó y una suave luz brilló en su palma. La luz contenía Poder Vital.

El Poder Vital se sumergió en el cuerpo de la vaca y lo rejuveneció rápidamente, restaurando su energía por completo. Se levantó del suelo, miró a James y dijo: