Para que James se enterara de lo que había pasado en esta época, solo necesitaba pensar en ello.

Dándose la vuelta, miró hacia su tumba y agitó las manos, destruyendo su tumba sin dejar rastro. Puesto que ya estaba muerto en esta era, debía dejar que todo quedara en su lugar.

Entonces, sintió el cielo y la tierra.

James se dio cuenta de que, debido a estar enterrado, el Camino Celestial era muy sensible a todo lo que había sucedido. Así, pudo hacer aparecer los Sigilos del Camino en el cielo y en la tierra. Comprendía estas cosas porque quedaban rastros de ellas en el cielo y en la tierra.

Se dio la vuelta para marcharse y partió hacia la Residencia Callahan en la Dimensión Divina.

Hacía más de diez épocas que no pasaba por aquí. Había algunos cambios en el entorno.

En la montaña espiritual donde se encontraba la Residencia Callahan, había una Superformación, y en la formación había muchos guardaespaldas fuertes de los Callahan.

James era consciente de que todos los Dioses Ances