Después de que la Guardia de la Espada se marchara, el Maestro Ancestral de la Espada se sumió en profundos pensamientos.

Sabía que solo alguien fuerte podía sentarse en su sitio.

Dado que era un Dios Ancestral Caelum, el aura que dejaba tras de sí era aterradora. Solo las potencias con un grado superior al de Dios Ancestral podían soportar su asiento. Sin embargo, la Guardia de la Espada le dijo que la persona solo había alcanzado el Grado Divino.

Era imposible. Si alguien lograba sentarse en su silla, solo habría una posibilidad. Quienquiera que fuera compartía el mismo poder que él.

El Maestro Ancestral de la Espada sabía que James estaba relacionado con él de alguna manera. Solo que no tenía ni idea de cómo.

No siguió pensando en esto, cerró los ojos y tomó un descanso.

Mientras tanto, en la sala de la Flor Sagrada, todo el mundo había dejado de hablar de James. Todos los seres vivos presentes estaban descansando.

A medida que pasaba el tiempo, más seres vivos llegaban al lu