El Santuario de la Oscuridad había estado haciendo preparativos para resucitar a cierto individuo poderoso durante muchos largos años. A lo largo de tantos años, controlaron a muchos individuos poderosos para que cumplieran sus órdenes. Sin embargo, justo cuando estaban a punto de lograr su objetivo, James apareció de la nada y arruinó sus planes. Así que James tenía que morir. De lo contrario, el plan fracasaría. Si el Amo culpaba al Canciller de este fracaso, no tenía forma de asumir la responsabilidad. El plan debía funcionar incluso si las Doce Furias tuvieran que pagar con sus vidas.

La intención asesina surgió en el corazón del Canciller. Con una espada negra en la mano, emanaba un aura aterradora. Originalmente era un Gran Emperador del Segundo Cielo. Sin embargo, tras absorber el Poder Maldito de este mundo, ahora estaba en el Noveno Cielo. Esta fuerza no tenía precedentes ni siquiera en la Era Primigenia, donde se le consideraba un luchador de primera categoría. Aunque James