James no se escondió más y se acercó tranquilamente a ellos.

Las tres personas se giraron hacia James y averiguaron su grado de cultivación.

Uno de los hombres, vestido con una túnica dorada, aparentaba unos cuarenta años. Miró fijamente a James y dijo: "Joven, solo eres un Sabio de la Décima Etapa, pero te adentraste en el Gran Yermo. ¿Tienes ganas de morir?".

James se acercó, juntó las manos y los saludó respetuosamente. "Saludos".

Tras un breve saludo, dijo: "Vine hasta aquí, pero no me encontré con ninguna bestia feroz. El Gran Yermo no parece tan peligroso como mencionan las leyendas".

El hombre de la túnica dorada dijo: "Bah, ¿qué sabrás tú? No te has encontrado con nada porque están todos escondidos".

James se acercó y se sentó en una roca.

Miró al grupo y preguntó: "¿Por qué se esconden?".

"Hubo un incidente hace unos treinta mil años", murmuró el hombre de la túnica dorada.

Intrigado por sus palabras, James trató de obtener más detalles. "¿Podría contarme algo más al