"Me llamo Yevpraksiya Halkyone. El Señor del Reino Nebulosa me ordenó que le sirva hasta el final del Torneo de Alquimia. Después del torneo, podrá llevarme con usted en su viaje si cree que mi servicio es satisfactorio. Si no desea llevarme con usted, tampoco hay problema", dijo Yevpraksiya en voz baja mientras mantenía la cabeza baja.

Ella ansiaba que James se la llevara. Aunque había alcanzado el grado de sabio, ser un sabio no era algo de lo que enorgullecerse en este mundo en el que los cultivadores de grado divino estaban por todas partes. James no sólo era un joven y apuesto alquimista, sino que también poseía un inmenso potencial.

"Levanta la cabeza", exigió James.

Yevpraksiya levantó la cabeza.

Ahora James podía ver claramente su rostro. Yevpraksiya tenía unos dieciocho años. Su piel era suave y clara, y sus ojos grandes y vivaces. Aunque era una sabia, James podía sentir que tenía poca autoestima. Este sentimiento de inferioridad debía de llevar bastante tiempo arraigado