Cada pétalo era muy mágico y contenía un poder temible.

Al ver la flor que se había manifestado, una leve sonrisa se dibujó en el bello rostro de la custodio. Murmuró: “Thea tiene mucha suerte de haber podido obtener una providencia tan asombrosa. Esa flor es la Flor Sagrada. Con ella como su Yogacara, el cielo es su límite si mejora aún más su fuerza”.

Mientras la custodio comentaba para sí misma, la Flor Sagrada detrás de Thea vibraba con poder. Cada pétalo liberó energía y se unió para resistir el rayo que caía del cielo.

El rayo de la tribulación explotó en el aire en el momento en que fue repelido.

Una onda expansiva destructiva se extendió y destruyó los alrededores.

Sin embargo, Thea salió ilesa.

Al ver la fuerza de su Yogacara, una sonrisa de confianza se formó en su rostro.

Ella hizo un gran esfuerzo para cultivar la Flor Sagrada. Naturalmente, contaba con la ayuda de la custodio de la Cámara de las Escrituras. Sin la guía de la custodio, no habría obtenido la semilla d