“¡Sí, por supuesto! ¡De inmediato!”.

Yalerad no se atrevió a rechazar las órdenes de Henrik.

Inmediatamente, una luz brilló en su palma, y una pequeña botella apareció. Era una botella transparente con una píldora dorada en su interior.

Era relativamente pequeña y solo del tamaño de un pulgar.

Yalerad sacó con cuidado la píldora y se la entregó respetuosamente a James. “Esta es la píldora divina que dejó mi antepasado. Una persona por debajo del Grado de Sabio puede aumentar su cultivo en un subgrado después de consumirla”.

James tomó la píldora divina con satisfacción. Estaba un poco caliente y desprendía una agradable fragancia. Podía sentir el extraordinario poder de la píldora divina.

No la consumió inmediatamente, sino que la guardó.

Cuando Yalerad le entregó la píldora divina, miró a James con impaciencia.

James sabía lo que quería, por lo que se apresuró a decir: “Primero examinaré tus heridas”.

“¡Muy bien!”. Yalerad rebosaba de anticipación.

James empezó a examinar l