James nunca pensó que su propia hija sería elegida por el Camino Celestial y empuñaría la Guadaña del Juicio.

Ahora tenía una idea aproximada de lo que era la Guadaña del Juicio. Era bastante parecida a la Espada de la Justicia, capaz de juzgar a todos los que habían cometido crímenes y violado la ley de Solean. Winnie, en cambio, juzgaba a los que infringían el Camino Celestial.

Sin embargo, ¿cómo se podía infringir el Camino Celestial? No tenía ni idea. Después de todo, su fuerza actual era demasiado débil para llegar al punto de comprenderlo.

“Una era brillante está sobre nosotros. Del mismo modo, la era más oscura de la historia ha llegado”. Con una expresión solemne, Sophie frunció las cejas y dijo pausadamente: “En la época en la que aún existían los Adjudicadores del Cielo, había innumerables Grandes Emperadores. Creo que después de un tiempo, cuando estos genios crezcan y alcancen el Grado de Gran Emperador, el mundo se sumirá en el caos”.

Como eso estaba demasiado lejo