A James no le preocupaba su contratiempo temporal.

Ya tenía un plan de cultivo en mente. En su opinión, solo tenía que intentar repetidamente cultivar su cuerpo físico. Tarde o temprano, superaría la tercera barrera.

Incluso si al final no obtenía la Residencia Celestial, obtendría enormes beneficios mejorando su fuerza.

Tras una breve pausa, se lanzó de nuevo contra la formación de gólems. Esta vez, no había venido para pasar la barrera mental, sino para cultivar su cuerpo físico.

Pronto llegó a la marca de los doscientos metros.

Para entonces, la velocidad de ataque de los gólems había aumentado tan drásticamente que James ya no podía seguirles el ritmo. En poco tiempo, sufrió muchas heridas.

Las espadas de piedra de los gólems no estaban afiladas y no podían infligir heridas superficiales. Sin embargo, su fuerza era enorme y James cayó al suelo repetidamente. Así, solo con su cuerpo físico, consiguió avanzar otros cien metros.

Tras llegar a la marca de los trescientos