Jaime detectó la conmoción en el palacio y se puso furioso.

Caminó hacia el palacio con rabia.

Decenas de cadáveres yacían en el suelo del patio exterior de la casa palacio.

Estas personas fueron apuñaladas en el corazón y asesinadas de un solo golpe.

Mientras tanto, Henry, Delainey, Quincy, el Rey Blithe y los demás miraban al grupo de Yechiel con expresión malhumorada.

En ese momento, la mirada de Yechiel se fijó en Quincy mientras la miraba descaradamente. Contempló su voluptuosa figura con satisfacción.

“Atractiva e hipnotizante. Creo que primero disfrutaré de ti”.

Yechiel se acercó y levantó la barbilla de Quincy.

Quincy quería resistirse, pero sus puntos de acupuntura estaban sellados, así que no podía moverse.

“¿Qué quieres, bastardo?”, lo siseó.

¡Saz!

Yechiel la abofeteó.

“¿No me pediste que me desquitara contigo, p*rra? ¿Crees que no te pegaré solo porque eres mujer? Para mí, los terrícolas no son más que basura. Eres simplemente un juguete con el que matar el tiem