Thea, por otro lado, había cruzado hace mucho tiempo al noveno rango después de absorber el poder de la Esencia del Fénix. Además, estuvo cerca de sentir la existencia de la primera atadura dentro de su cuerpo.

James se sentó en posición de loto en la cima del Paso del Monte Trueno, exudando un aura poderosa.

En ese momento, él dejó de cultivar.

Thea hizo lo mismo y miró a James, preguntando: “¿Qué pasa?”.

James dijo: “Puedo sentir la segunda atadura”.

“Felicidades”.

Thea estaba encantada.

James suspiró. “La Esencia del Fénix es demasiado poderosa. Si cultivaba un paso a la vez, no habría podido sentir la segunda atadura hasta dentro de otros diez años”.

Thea lo animó: “¡Tú puedes!”.

En ese momento, Delainey se acercó a ellos. Aunque había estado deambulando por el interior de las montañas durante los últimos tres meses, no pudo encontrar ninguna baya imbuida de Energía Espiritual Empírea. Mientras tanto, sin embargo, no perdió el tiempo y se cultivó sin parar. Aunqu