Josiah era originalmente el gobernador de la capital.

En las elecciones de hace unos años, todos los candidatos pertenecientes a las principales fuerzas de la capital fueron eliminados, lo que le dio la oportunidad de ascender al poder y convertirse en rey.

A juzgar por sus logros en los últimos años, era, sin duda, un rey decente para el país y su pueblo. A pesar de ser el Rey de Sol, seguía mostrando respeto a Zacarius y James.

Sabía que Sol no estaría donde estaba hoy si no fuera por ambos.

Zacarius se acercó a los dos y se sentó junto a ellos. Miró a James y le dijo con una sonrisa: “Rey Dragón, qué rara visita. Ha pasado tanto tiempo desde la última vez que visitaste la Mansión de la Paz. ¿Qué te trae por aquí? ¿Ocurre algo?”.

“Me gustaría ser el rey”.

“...”.

Josiah se quedó perplejo.

Miró a Zacarius con desconcierto.

Zacarius entrecerró los ojos.

No le creía.

Desde su perspectiva, James simplemente codiciaba la posición de rey.

“James, eso no va a suceder. Ya te lo he