“¿Qué…?”.

Francis dudó.

Llevaba muchos años persiguiendo a Xara, y finalmente había llegado su oportunidad.

Sin embargo, Perro Loco no era alguien a quien pudiera ofender. Era un gángster del mundo criminal y tenía cientos de hombres a su cargo. Los Leland estarían en problemas si ofendía a Perro Loco.

“Date prisa y piérdete…”. Nelson lo apartó con la pierna.

“¡Si! Iré en este instante”.

Después de contemplar las ventajas y desventajas, Francis se comprometió.

No había razón para ofender a Perro Loco solo por una mujer.

Los Leland estarían en un gran problema si Perro Loco los tenía como objetivo.

Se dio la vuelta para irse.

“¿Xara?”.

De repente sonó una voz.

James detuvo el coche y comparó a la mujer de la foto con la que estaba de pie junto a la carretera.

Tras confirmar que era la persona correcta, se apresuró a acercarse y saludarla, diciendo: “Xara, soy James”.

“¿Eres el James que se casó con los Callahan?”, preguntó Xara con la mirada fija en James.

Había escuchado