El resentimiento de los Johnston hacia James iba más allá del simple odio. Despreciaban absolutamente su existencia.

Él eliminó la base de cultivo del jefe de la familia, dejándolo al borde de la muerte y postrado en cama.

También fue él quien hizo caer al miembro más fuerte de la familia y la razón por la que ahora estaban sin su Gran Patriarca.

Todos sabían que James había sido gravemente herido.

Incluso si no moría, al menos quedaría lisiado de por vida.

A pesar de su estado actual, los Johnston no estaban dispuestos a enterrar el rencor que le tenían.

En cuanto vieron a Thea, las llamas del resentimiento hacia James que sentían en su interiorse reavivaron una vez más.

Entre siete y ocho miembros de la familia desenvainaron sus espadas al instante y rodearon a Thea.

“¡Thea, ni siquiera la intervención divina puede salvarte de tu destino de hoy! Recuerda mis palabras”, dijo uno de los Johnston más jóvenes enseñándole los dientes.

Thea miró a los Johnston, y la escena de Jame