Cuando el Rey Malévolo estaba a punto de morir, tenía la mente clara.

Él no quería que la técnica de la espada malvada que había desarrollado durante un siglo se perdiera. Por eso, antes de morir, la esculpió en la pared de piedra y dejó sus últimas palabras.

“Aquellos que carezcan de mérito suficiente no deben practicarla”.

Thomas no pudo evitar suspirar al leerlo. Él estaba en el octavo rango.

Con su fuerza, todavía habría sido considerado una de las élites superiores hace mil años, pero no podía practicar el método de cultivo y la técnica de la espada malvada que estaba documentada en el muro de piedra.

“Él fue solo otro hombre desafortunado, atrapado aquí durante un siglo. Además de eso, había estado entrando y saliendo de la locura durante todo ese tiempo”.

Thea miró distraídamente los textos y la representación en la pared de piedra. Si incluso Thomas no pudiera practicarlo, desde luego ella no sería capaz de hacerlo.

“Señor Caden, encontremos una salida lo antes posible.