La cima de la montaña era relativamente plana.

Hasta donde alcanzaba la vista, el paisaje estaba cubierto por un manto blanco. Esto hizo que se sintiera como si en realidad no fuera de noche.

El anciano llevó a James a la cima de la montaña, agitó la mano y una explosión de fuerza salió de su palma.

El poder se elevó hacia adelante, y el bloque de hielo frente a él comenzó a derretirse lentamente para revelar gradualmente una mesa de piedra junto con varias sillas de piedra.

El anciano se acercó, se sentó y le hizo una seña a James. Él señaló la silla a su lado y dijo: “Joven, no hay necesidad de formalidades sofocantes. Siéntate”.

James se acercó, se sentó y miró al anciano con curiosidad. No podía descifrar la identidad de este misterioso anciano.

Él sabía que este anciano era sin duda un miembro de la Secta del Monte Trueno, pero era difícil adivinar exactamente quién era.

“Señor... ¿quién es usted exactamente?”.

“Jaja...”, se rio el anciano y sus ojos brillaron de alegría.