¿Los Johnston, los Sullivan y los Lee? ¡Tienen ganas de morir!”, rugió Tobias furiosamente, con una expresión sombría en el rostro.

Se puso de pie enojado, pero volvió a sentarse rápidamente.

Tobias sabía que no podía actuar de manera impulsiva.

James era abrumadoramente fuerte y el más fuerte entre los jóvenes de los Caden. Existía la posibilidad de que él superara a Tobias en unos años más. A pesar de su futuro prometedor, Tobias no confiaba en salvar a James de las tres familias. Si tuviera que defenderlo ahora, los Cuatro Antiguos lucharían hasta la muerte.

Tobias se apresuró al patio trasero.

Se paró afuera de la casa de madera y gritó: “Abuelo, soy yo, Tobias. Deseo verte ahora mismo”.

¡Crac!

La puerta de la casa de madera se abrió.

Un anciano que irradiaba un aura sobrenatural salió con las manos a la espalda. Miró a Tobias y le preguntó: “Te ves nervioso. ¿Pasó algo?”.

“James fue nombrado Emperador, y la ceremonia de sucesión se llevará a cabo hoy. Sin embargo, recibí