No... La Señorita Nueve no podía morir así como así.

Bowen explotó con una energía inexplicable de la nada mientras gritaba. Salió de la multitud de jinetes con armaduras negras que le rodeaban y se lanzó sobre Veron.

¡Pum!

El golpe de Tyson cayó con fuerza sobre la espalda de Bowen. Este dejó escapar un zumbido sordo y la sangre brotó de su boca mientras se desplomaba sobre Veron.

"¡Grandullón!".

Veron tembló ante la visión, lágrimas brotando de sus ojos.

"Vas a vivir, Señorita Nueve... Tienes que...". Bowen usó lo último de sus fuerzas para decirle las palabras a Veron lentamente. "Voy a atraer a Tyson para que venga a por mí y tú vas a salir de aquí. Prométeme que lo harás".

Bowen lo había pensado bien. Iba a fingir ceder y atraer a Tyson a su lado para darle a Veron la oportunidad de escapar.

"¡No!".

Veron sacudió la cabeza con vehemencia, derramando lágrimas por los ojos. "No me iré... ¡No tiene sentido vivir si voy a pasar el resto de mis días sola! ¿Por qué recibiste es