Martín se acercó y le dijo a Darryl con seriedad: “Maestro de Secta Darby, sé que desprecias mi comportamiento, pero seamos sinceros, ¿quién de nosotros no está aquí para buscar los tesoros?”.

“Este lugar ha estado oculto durante muchos años y tenemos suerte de haberlo encontrado. Además, todas las sectas han sufrido bajas importantes para obtener el Espíritu del Secreto Celestial. Me temo que se enojarán si no lo entregas”.

“Así que, considerando la alianza entre las Tres Sectas Mayores durante tantos años, por favor, hazme un favor y entrégame el Espíritu del Secreto Celestial. Es para el beneficio de todas las sectas aquí presentes”.

Martín hablaba con sinceridad, pero había un toque de astucia en sus ojos.

Martín, al igual que Adán, no lo hacía por las sectas presentes. En cambio, su objetivo final era obtener el Espíritu del Secreto Celestial.

Los métodos de cultivo misteriosos heredados por el Palacio Secreto Celestial durante varios miles de años estaban contenidos en el Es