Ningún cliente tenía acceso a la sala de control de seguridad. Megan giró la muñeca y una aguja plateada apareció en sus manos. Volteó la aguja y cortó el cable que estaba conectado a la sala de control de seguridad.

Megan tenía un conocimiento perfecto de las cámaras de seguridad, ya que se ocupaba de ellas a diario con los casos.

Ese era el último modelo del sistema de seguridad; con solo cortar el cable, todo el sistema de seguridad colapsaría y dejaría de funcionar.

“Darryl, lo siento. No quería hacer esto, pero tengo que obedecer la orden de mi Maestra. No tengo elección”. Megan caminó hacia la salida del bar mientras murmuraba para sí misma. Se sentó en su coche y sacó la Escritura del Misterio Supremo y la Armadura de Seda Celestial.

“Darryl, mi maestra dijo que la Escritura del Misterio Supremo es muy importante. No puede quedarse con alguien de malas intenciones”. Megan se mordió los labios y murmuró más: “Tienes conexiones con la Secta del Palacio Vida Eterna. Guardaremos