Al ver lo despiadada y desalmada que era Veron, la ira se apoderó de Ambrose y gritó con fuerza: “Tú... ¡Cállate!”.

‘¿Cómo podía seguir diciendo tal cosa cuando Heather está gravemente herida?’.

Aunque Ambrose no sabía lo que había pasado hace un rato, creía que con el poder de Heather, no habría perdido contra Veron en una pelea. Debían de haberle ocultado algo.

Veron no pensó que había hecho algo malo y respondió con indiferencia: “¿Acaso dije algo malo? ¿A quién puedes culpar cuando ella ni siquiera puede soportar un ataque mío?”.

Fue exasperante para Veron no haber podido matar a Heather antes de que Ambrose apareciera. Su corazón se llenó de celos porque Ambrose solo se preocupaba por Heather.

Ambrose se puso de pie en cuanto Veron terminó de hablar. Sus ojos se habían enrojecido mientras miraba fijamente a Veron. Todo este tiempo, Ambrose se había estado controlando, pero ya no podía tolerarlo después de que Veron se volviera cada vez más absurda.

“Tú...”.

El cuerpo de Ver