Andrés era el discípulo mayor del Líder de la Secta del Palacio Belladona. A menudo vagaba por el Mundo de los Cultivadores y, con su poderosa fuerza, había dado a conocer su nombre. Todos los discípulos de la División del Yang Puro lo conocían.

Sin embargo, la División del Yang Puro y el Palacio Belladona nunca habían interferido entre sí. Por lo tanto, era peculiar que Andrés apareciera de repente.

"Jaja...".

Ante la atención de la multitud, Andrés aterrizó lentamente en el centro de la plaza con una sonrisa. Se quedó mirando a Gigi con una sonrisa.

"Señorita Norah, nos encontramos de nuevo".

Hace medio año, Andrés viajó por el Mundo de los Cultivadores y la conoció por casualidad. Inmediatamente se encaprichó del rostro extremadamente bello de Gigi y no dejó de molestarla, pero esta no le hizo caso.

Sin embargo, él no se rindió.

Andrés no podía apartar los ojos de Gigi cuando la veía. Era muy hermosa.

Hacía mucho tiempo que no se veían, y ella parecía haberse vuelto más atra