“¡Gracias, señor!”.

Kendra estaba muy contenta. Asintió rápidamente para expresar su gratitud y, al mismo tiempo, miró a Darryl.

Todo era gracias a él que pudo sobrevivir ese día.

Pronto, Angus seleccionó a varios discípulos y les dijo que llevaran a Kendra fuera del reino secreto.

Kendra no se atrevió a desobedecerlo, pero miró a Darryl con preocupación antes de irse. Cormac solo la dejó ir, pero Darryl tenía que quedarse allí. Cualquiera en su lugar también estaría preocupada.

Darryl sonrió y le dirigió a Kendra una mirada tranquilizadora, insinuando que no debía preocuparse.

Pronto, Kendra y los demás se fueron.

Observando la figura de Kendra que se alejaba, Darryl tomó un profundo respiro y le sonrió a Cormac. “¿Me necesitas para algo más ya que no me estás dejando ir?”.

Darryl no tenía prisa por irse. Después de todo, el Elixir Dorado de Médula Celestial seguía en la Piedra de Jade de Hielo bajo el altar, lo que era algo bueno para ayudarlo a recuperar su fuerza. Tenía mie