Inmediatamente, Darryl sonrió. “Tú no puedes curarla, pero eso no significa que los demás no puedan. Debes saber que el campo de la medicina no tiene límites. Un verdadero médico podría devolver la vida a los muertos”.

“Tú-”. El rostro de Jonathan se enrojeció. Quiso refutar, pero se quedó sin palabras.

‘La técnica médica de revivir a los muertos solo existe en las leyendas. ¿Cómo puede suceder en la vida real?’.

Poco sabía Jonathan que el hombre que tenía delante no era Derrick, sino Darryl, que venía de los Nueve Continentes. También conocía al Agricultor Divino Ancestro de la Medicina, cuya pericia en medicina iba mucho más allá de lo que podía imaginar.

“¡Selina!”. Darryl no quería perder el tiempo, así que se volteó hacia Selina. “Si confías en mí, déjame intentarlo. Si lo consigo, entonces bien por nosotros. Si fracaso, puedes concluir que me confabulé con los bandidos y drogué a Mandy. Puedes llevarme a la oficina del gobierno. No cuestionaré nada”.

‘Esto-’.

Selina frunci