Darryl hizo las maletas, tomó un taxi y se fue a la Ciudad de Yunzhou para convencer a los hermanos Dixon. Tenía que hacer que se unieran a su secta sin importar qué. Siempre que estuvieran de acuerdo, podría dar el primer paso para formar su propia secta. Los cuatro estaban encerrados en la Mansión Dixon, a poca distancia de la Mansión Carter.

Su teléfono sonó cuando entró en el taxi. Frunció el ceño al ver que era Perla Hahn. Ella quedó a cargo de Corporación Platino. Por lo general, solo llamaba si había problemas que no podía resolver, que era raro.

Cuando contestó, Pearl empezó a divagar ansiosamente. “Presidente, tengo malas noticias. Toda la Ciudad Mar del Este se ha unido para boicotear a Corporación Platino. ¡Actualmente estamos corriendo con una gran pérdida! Nuestras estrellas como Giselle Lindt y Lana Thomas están siendo canceladas de acuerdos y muchas otras fueron retiradas. ¿Qué debemos hacer?".

Pearl estaba casi llorando.

¿Qué? Darryl estaba furioso. Apretó el pu