Mientras Miguel disfrutaba del baile, también aprovechaba para tocar a las dos chicas que tenía en sus brazos.

"¡General, eres muy malo!".

"General, no se precipite. ¡Bebamos un poco más!".

Dos de las jóvenes se comportaron seductoramente mientras Miguel coqueteaba con ellas.

En ese momento, Darryl y Morticia estaban parados en silencio fuera del vestíbulo lateral.

Darryl no pudo evitar inhalar profundamente y exclamar para sí mismo. '¡M*ldita sea!'.

'Ese general es demasiado juguetón'.

El rostro de Morticia enrojeció; se sentía enfadada e incómoda.

'Todos los hombres de los Nueve Continentes son idiotas'. Mientras murmuraba para sí misma, no pudo evitar fulminar con la mirada a Darryl. '¿Cómo se atreve este b*stardo a traerme a sitios como este?'.

Darryl no se dio cuenta de las reacciones de Morticia. Sin vacilar, entró en la habitación.

Morticia frunció el ceño y lo siguió. No conocía el plan de Darryl y, por curiosidad, quería ver qué tramaba.

Cuando los dos aparecieron