“¡Córtenle las piernas!”.

Cegado por la furia, Linson no dudó más. Agarró su espada larga y cargó hacia adelante.

Linson no quería nada más que matar a Darryl de inmediato. Sin embargo, el Maestro de Secta les había dicho que trajeran al hombre con vida, por lo que solo podía cortarle las piernas para desahogar su ira.

Al mismo tiempo, los otros ancianos también se apresuraron a entrar en la formación de madera.

Darryl sonrió para sí mismo cuando los vio precipitarse dentro de la formación y le hizo mucha gracia.

Eran los seis ancianos de la Secta de la Espada, ¿cómo podían ser tan ingenuos? Un poco de provocación fue suficiente para que cargaran y entraran en la formación.

“¡Pequeño b*stardo!”.

La humillación se apoderó de Linson cuando vio la sonrisa de Darryl. Él gritó: “¿Cómo puedes seguir sonriendo cuando estás a punto de morir? ¿Crees que podrás derribarnos con solo algunos troncos de árboles? Eres demasiado ingenuo”.

Mientras hablaba, la energía interna de Linson explotó