A los seis ancianos no les importaba sus posiciones en ese momento, ya que lanzaron sus ataque contra Darryl, luchando intensamente en el aire.

Khloris se estremeció de miedo mientras observaba la batalla con ansiedad.

Como se esperaba del héroe más grande de los Nueve Continentes, era capaz de defenderse de la Secta de la Espada por sí solo, con tanta facilidad también.

Habría sido un desperdicio si un hombre como él terminara con Jedidías.

La escena de antes, cuando su cuerpo quedó expuesto a los ojos de Darryl, se reprodujo en su cabeza. Ella sacudió la cabeza agresivamente mientras se sonrojaba.

‘¿En qué estaba pensando? Ese mald*to se coló en mi habitación y vio mi cuerpo’.

Khloris estaba llena de rabia y vergüenza cuando el suceso de Darryl viendo su cuerpo llegó a su mente. Sin embargo, ella todavía deseaba que él ganara la batalla.

¡Mald*ción!

Darryl maldijo en silencio mientras intentaba defenderse de los seis ancianos en el aire.

Todo lo que quería era despedirse de