La Princesa Dorothy estaba a punto de llorar cuando escuchó lo que dijo el Inmortal de Jade. Ella le rogó: “Por favor, piensa en una solución”.

La ansiedad y la culpa la vencieron en ese momento.

Si Darryl no se hubiera casado con ella, no habría sido capturado y enviado a la Región Divina. A pesar de que estaba un poco resentida con él por manchar su inocencia, ya lo había dejado pasar después de haber sufrido tanto.

Aunque sabía que ella no había causado lo que le había pasado a Darryl, todavía sentía que estaba relacionado con ella.

No sería capaz de vivir consigo misma si su error le costara a Darryl la oportunidad de revivir.

“Cálmate, cálmate...”.

El Inmortal de Jade también estuvo a punto de perder la cabeza bajo la constante insistencia de la Princesa Dorothy. Se rascó la cabeza y dijo: “Déjame pensar en algo…”.

Luego, se sentó en el suelo, cerró los ojos y comenzó a pensar.

La Princesa Dorothy ardía de ansiedad, pero no se atrevió a molestarlo. Sólo podía esperar mient