Mientras tanto, Morticia se quedó en silencio, sin verse afectada por la situación frente a ella en absoluto. Estaba tranquila.

Darryl tomó una profunda respiración, reunió todos sus pensamientos y se le ocurrió una solución. Mientras las dos partes actuaran, él tendría la oportunidad de atacar a Morticia.

Sin embargo, en ese momento, Oliver se adelantó en su silla de ruedas.

“Padre, no seas impulsivo. Todo esto es solo un malentendido. No fui capturado, ella me salvó. Si no fuera por ella, ya habría muerto en ese acantilado”, le gritó ansiosamente al Rey Tortuga Negra.

Oliver ya no tenía ningún apego a la raza de los demonios. Lo único que le importaba era la tribu Tortuga Negra. En este momento, la repentina aparición del Rey Tortuga Negra fue una bendición de Dios para él. Este era el destino de la alianza entre la tribu Tortuga Negra y la raza demoníaca. ¿Cómo podría Oliver dejar que los dos bandos pelearan?

El rostro de Darryl cambió cuando escuchó lo que dijo Oliver. Él lo m