“Tenemos fuerza en números, pero honestamente no sé cómo acabarían las cosas si tuviéramos que pelear”.

Oliver bajó la mirada. “Creo que será mejor que nos vayamos. Pensaremos en una manera de salvar al Honorable Maestro Darby cuando te recuperes, Lía”.

Ella se mordió los labios, con el corazón latiendo incómodamente.

Sin embargo, Oliver tenía razón. Grunt ya había sido muy tolerante para liberarla. Si lo provocaban a una pelea, no había forma de que Oliver ganara.

Después de todo, el ejército de Grunt tenía a los mejores soldados de la Región Divina.

Lía no tuvo más remedio que estar de acuerdo, asintiendo impotentemente. “Está bien entonces. Haremos lo que dices”.

Ella levantó la cabeza para mirar a Oliver a los ojos mientras hablaba con gratitud. “Gracias, Oliver. Si no hubieras llegado a tiempo, no sé qué podría haber hecho. Me disculpo por haber sido tan fría y desdeñosa contigo anteriormente”.

Le creyó a Oliver, pero ella no sabía que todo era un acto elaborado entre Olive