Los otros guardias reales jadearon de terror.

Dax era un poderoso guerrero que estaba a la altura de su reputación.

Eso, incluido el Hacha Rompecielos, era realmente algo a lo cual temerle.

Quincy permaneció inmóvil en el aire, observando la batalla con frialdad. Ella no había hecho ningún movimiento por su cuenta, con su realeza en mente.

Era como si Dax hubiera perdido el control, matando a sus subordinados a diestro y siniestro. El rostro de Quincy se sonrojó de ira mientras ordenaba: “¡Detengan a Dax Sanders!”.

Dax tenía el Hacha Rompecielos y una fuerza impenetrable. Sin embargo, Quincy sintió que el poder del hacha estaba comenzando a disminuir mientras Dax seguía luchando, junto con una fuerte disminución en su fuerza.

Quincy pidió más refuerzos para tenderle una emboscada a Dax. De esa manera, su fuerza se agotaría rápidamente y matarlo sería fácil.

Deshacerse de Dax sería una pérdida significativa para la familia Carter y la Secta del Héroe Oculto.

“¡Ataquen!”.

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