Grunt ocultó su ira muy por debajo de la superficie cuando Darryl recibió el honor como Príncipe Consorte.

Sin embargo, cuando él se vio obligado a asumir el trabajo de explorar las montañas, supo que su oportunidad de venganza había llegado.

“¡Estupendo! ¡Grunt, no me defraudes! Te otorgo el título de General Interino”, dijo el Emperador mientras asentía.

Después de agradecer al Emperador, tanto Grunt como Darryl dejaron el País de las Hadas de Jade para prepararse para su misión.

Mientras ambos salían del País de las Hadas de Jade, Grunt pudo sentir a Darryl evaluándolo en silencio.

Darryl estaba confundido por las acciones de Grunt. Después de todo, le quitó a la Princesa, pero en lugar de obsesionarse con vengarse, ¿decidió ayudarlo en esta misión?

La mirada inquisitiva de Darryl le causó mucha incomodidad a Grunt.

“Príncipe Consorte, ¿por qué me mira tan fijamente? ¿Le pasa algo a mi cara?”, preguntó Grunt.

Darryl no se iba a andar con rodeos. Dijo lo que pensaba y le preg