Jewel se alegró mucho de que Rogart accediera a ayudarla y sonrió como una flor que estaba floreciendo, lo que la hizo parecer linda. Junto a ella, Ambrose sintió que un repentino alivio lo inundaba. Aunque Ambrose y Rogart estaban en desacuerdo hace un momento, Ambrose pensó que consideraría la posibilidad de hacerse amigo de Rogart si accedía a ayudar a encontrar a su padre.

‘¿Qué? ¿Por qué el Señor Divino aceptó ayudar?’. Cayden, quien estaba junto a Rogart, se quedó boquiabierto. Se puso ansioso hasta el punto de que no pudo evitar decir: “Señor Divino, no puede acceder a esto-”.

Sin embargo, Rogart interrumpió a Cayden antes de que pudiera terminar de hablar. “¡Cierra la boca! Estoy hablando con esta mujer del clan del Dragón Divino. ¿Cómo te atreves a interrumpir mi conversación?”.

Su expresión se volvió sombría y continuó reprendiendo a Cayden, sonando intimidante. “Es asunto mío si acepto ayudar o no. ¿Qué tiene que ver contigo? ¿Estás intentando influir en mi decisión?”.

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