Después de más de diez segundos, Jameson recuperó el sentido y le asintió a Darryl. “¡Eres muy astuto! Eso es admirable. No hay necesidad de iniciar los próximos dos partidos. ¡Admitiré la derrota!”.

La verdad era que Jameson se rehusaba a rendirse ante Darryl.

Sin embargo, no había nada más que hacer. No tenía posibilidad de ganar las otras dos rondas.

La multitud se sobresaltó después de que Jameson admitiera la derrota.

“¡Darren!”.

Al mismo tiempo, Angelina estaba radiante. Ella miró a Darryl y elogió sus habilidades.

La emocionada Angelina se distrajo en el calor del momento y abrazó cariñosamente el brazo de Darryl. Ella le sonrió y dijo: “¿Cómo se te ocurrió esa estrategia? Fue tan inteligente”.

Darryl estaba muy sereno. “No fue nada. ¡Solo fue una idea repentina!”.

Había innumerables alusiones en los Nueve Continentes de las que valía la pena aprender. Cualquiera de ellas era un clásico.

Todos parecían estar un poco en conflicto.

La princesa Angelina parecía estar dema