“No entres en pánico, sellé tus puntos de acupuntura, así que no podrás moverte”. Darryl sonrió levemente cuando la vio enfadarse.

‘¿Selló mis puntos de acupuntura? ¿Qué clase de método es ese? Nunca he oído hablar de él”. Lolita estaba atónita y recobró el sentido casi al instante. “¿Qué vas a hacer? Déjame ir, ahora”.

“No me dejarás dormir en la cama, así que no tengo más remedio que hacerte esto. Tú también debes estar cansada, ¡descansemos juntos!”. Darryl sonrió y la miró con picardía.

Luego, cargó a Lolita a la cama. En ese momento, Darryl tomó una profunda respiración y olió la fragancia del cuerpo de Lolita.

Lolita se veía muy sensual y seductora, pues tenía una figura perfecta. Darryl no había querido sellar sus puntos de acupuntura, pero ella lo seguía menospreciando, por lo que decidió burlarse de ella.

Mientras Darryl sostenía los brazos de Lolita, ella no podía moverse ni un centímetro.

“Idiota. ¡Déjame ir!”. Parecía enfadada y sonrojada.

Darryl sacudió la cabeza y