La familia Damián era una de las familias más ricas de la Ciudad Perla, y el Maestro Damián era el representante de la familia. También era una persona muy respetada en la Ciudad Perla.

“¡Abuelo!”, gritó Jack cuando vio a Adolfo.

Quería correr hacia su abuelo, pero sus manos y pies estaban atados. Todo lo que podía hacer era sentirse preocupado.

Cuando Adolfo vio que su nieto había sido capturado, se estremeció y se arrodilló ante Damián.

“Maestro Damián, la enfermedad de la Joven Señorita ha empeorado por culpa mía. No tiene nada que ver con mi nieto. Por favor, déjelo ir”, suplicó Adolfo.

Damián se puso de pie lentamente sin ninguna expresión en su rostro. “Adolfo, siempre creí en ti, pero no esperaba que cometieras un error tan grande hoy. Sabes que Lolita es mi amada nieta. Ella es la última generación de la familia Damián también. Sucedió algo terriblemente mal con ella, así que ¿cómo podría perdonarte?”.

Damián hizo un gesto con la mano y dijo: “Tiren a Adolfo y a su nieto